Las características propias de este barranco, junto a su fácil acceso, ya que se puede convinar con coches tanto en el inicio, como en el final, lo convierten en la punta de lanza del barranquismo del centro peninsular. No es un descenso complicado, el caudal normal del mismo se mantiene bastante estable, no tiene pasos sifonados, las instalaciones son buenas y sus aguas no son muy frías, pero son varios los rápeles obligados que hay que superar, para lo que es imprescindible tener un buen conocimiento de esta técnica, y estar familiarizado con ella en entornos acuáticos; por ello no es recomendable para personas que se quieran iniciar en este deporte, si no es de la mano de un guía experimentado. ASDON AVENTURA lleva realizando este barranco con sus clientes más de 20 años, la mejor opción para conocer este hermoso paraje de la serranía conquense, además ofrece todo el material necesario, un picnic y los seguros de accidente.
La actividad suele durar de 5 a 6 horas, dependiendo del tamaño del grupo y su destreza en los rápeles. Es muy importante llevar un calzado que tenga una buena suela, y que sujete el tobillo de una forma compacta, los resbalones son habituales, la progresión se realiza sobre superficies irregulares y humedas, que generan perdidas de equilibrio.