Escondido en una pequeña sierra, entre Cañamares y La Frontera, está este coqueto barranco de la Serranía de Cuenca. Bien equipado, con tres rappeles en su interior, el mayor de 35 metros, y un descenso original, justifican la visita.
En los trayectos de acceso y retorno hay que extremar la atención, para no perderse. |